sábado, 28 de mayo de 2011

Artículo sobre la organización de los espacios y materiales.

¿Cómo oganizar el aula de Educación Infantil?




Reflexionar sobre este elemento curricular nos va a brindar la oportunidad de realizar un análisis psicopedagógico del alumnado al tiempo que metodológico y organizativo en cuanto a la organización de espacios, recursos, materiales y tiempo.
Por ello, cuando estamos frente a un grupo de niños con unas características evolutivas concretas, debemos pensar en la posibilidad de establecer estrategias didácticas adecuadas, de acuerdo con criterios legislativos prefijados y adaptado a las necesidades socioeducativas y contextuales tanto del colegio como del contexto al que van dirigidas.
La Educación Infantil comprende dos ciclos, de cero a tres años el primero y de tres a seis años el segundo. Pero los principios de actuación suelen coincidir en ambos, puesto que trabajaremos desde la globalización, la atención a la diversidad, la individualización, el aprendizaje significativo, la diversificación, y la participación, considerando siempre al sujeto como activo y constructivo en sus esquemas de conocimiento. Para ello hay que conocer los parámetros normales de desarrollo físico, motórico, lingüístico, afectivo, cognitivo y social considerando la edad y las etapas psicoevolutivas que célebres pedagogos y psicólogos han estudiado, citando por ejemplo, a Piaget, Vigotsky, Pearson, Bandura, Bowlby, Brofenbrenner, Bruner y otros muchos.
Imaginémonos que nos encontramos en el aula de Infantil de cuatro años, por ejemplo, y debemos establecer límites espaciales de actividad individual, pequeño y gran grupo. ¿Cómo lo hacemos? Basándonos en los criterios de intervención metodológicos antes citados podríamos realizar por un lado, una diferenciación de zonas, donde existiría una localización para la asamblea inicial en la que se desarrollaría con los alumnos la iniciación de la jornada, el control asistencial, la resolución de conflictos, la propuesta de iniciativas. Por otro lado, distinguiríamos un espacio de actividad individual y por último, se apreciaría un lugar destinado al trabajo por rincones del que hablaremos seguidamente al entenderlo como una propuesta metodológica ideal y recomendable en este nivel educativo.
Si fuésemos maestra de un grupo infantil plantearíamos la metodología denominada “rincones de trabajo en el aula” con la que se estimula la investigación, la creatividad, la curiosidad y la imaginación al favorecer la autonomía, la responsabilidad en el cuidado de los materiales, el respeto a los turnos y la colaboración entre iguales. Se trata de realizar pequeños grupitos de alumnos que rotarían por los mini-espacios focalizados en ejes temáticos concretos y donde además de  desarrollar la transversalidad se promueven contenidos significativos, funcionales y cercanos a su entorno, permitiendo como algo fundamental el juego, libre o dirigido.
Podríamos llevar un autocontrol de carácter asistencial a cada rincón, de forma que en un cuadro de doble entrada se enunciarían, los nombres de los alumnos y la denominación del rincón que trabajaron. Su carácter permanente o temporal va a depender de la programación o conjunto de unidades didácticas que pensemos para el aula. Los habrá fijos como los referidos a lecto-escritura, biblioteca, lógico-matemático, construcciones, casita, producciones artísticas, música, plástica, educación vial, profesiones, disfraces y otros ocasionales, como el huerto escolar, las mascotas, el papel de reciclado, costumbres populares, estaciones del año, fiestas y celebraciones y un largo etcétera.
¿Cuál sería el papel del educador en este enfoque organizacional del aula? El adulto ya no ejerce un control directo sobre la clase, trabaja conjuntamente con los alumnos, alternará rincones que requieren su presencia o ayuda junto a otros libres. Eso sí, debe dejar que el niño decida cómo y cuándo jugar, por qué, con quién y durante cuánto tiempo, tomará notas y permanecerá atento a la puesta en marcha de las actividades, los conflictos que surjan, etcétera. Dinamizaremos un rincón cuando el interés o la curiosidad hayan decaído y ayudar en reflexión, apoyándoles y ofreciendo un clima de seguridad y bienestar.
Los padres y las madres ¿podrían ayudarnos? Pues también, por ejemplo, llevando cosas de casa que no usen enseñando a cuidar el huerto, haciendo un pastel, contando cuentos, participando en fiestas y celebraciones populares, reciclando con los alumnos… Proveeremos el material: pinturas, muñecas, coches, lienzos, marionetas y otros objetos comprándolo en tiendas especializadas e incluso imaginando opciones de uso diferente para telas, botes, latas, diversos recipientes, cartones, plásticos, botones y envases varios.
La imaginación para diseñar, elaborar, presentar, utilizar y renovar aquellos recursos que se deterioren será fundamental a la hora de compartirlos y disfrutar de ellos. Que aprendan, cuiden y valoren los recursos será labor de iguales y adultos. Intentaremos siempre que los materiales resulten atractivos, ordenados, seguros, polivalentes, variados y suficientes en cantidad para no desencadenar en peleas de índole posesivo.
Por tanto, nos quedamos con la idea de que a mejor estructuración, mayor organización y variedad de las propuestas, así el entorno físico dominante estará configurado por la riqueza de estímulos, oportunidades y posibilidades de acción que, en definitiva, requiere el proceso de socialización y de enseñanza-aprendizaje sobre todo, de los más pequeños. Psicoafectivamente a los niños les ayuda a ser conscientes de hasta dónde pueden llegar, a dar valor a sus propios progresos, a aceptar los errores y a asumir las dificultades sin rendirse, a ser constantes, trabajando en cada rincón les guste más o menos, porque antes habrán adquirido la noción de elección, autonomía y trabajo entre iguales.
Nosotros, los docentes, les evaluaremos desde un registro anecdotario, una escala de observación permanente en la que veremos cómo demandan ayuda, resuelven un conflicto por sí solos, establecen mecanismos de ajustes al medio, aceptan y cumplen las normas establecidas en cada rincón…
Pues como dijo el conocido maestro y pedagogo italiano, quien nos hace reflexionar en esta ocasión, Loris Malaguzzi “Sentirse entero es para el niño una necesidad biológica cultural, un estado vital de bienestar”. 



Reflexión:

He elegido este artículo ya que los rincones lo hemos ido viendo a lo largo de la asignatura.
Para repartir los diferentes espacios en el aula debemos mirar los espacios que tenemos y que queremos poner en el aula. Es bueno tener el espacio de la asamblea, el espacio para las actividades grupales y otro para las actividades individuales. En este artículo nos plantea una forma de trabajar que es a través de rincones, en mi opinión es una manera para el desarrollo de los niños ya que pueden desarrollar su imaginación, creatividad, la sociabilidad en los diferentes rincones que podemos trabajar. 
El papel del educador en los rincones es de observar a los alumnos como trabajan y apuntando para luego poder evaluar.
En estas actividades los padres también pueden colaborar ya que pueden traer cosas de casa y es buena la colaboración de centro-padres, ya que siempre que el tutor lo diga pueden ir al aula a colaborar bien leyendo cuentos o en alguna fiesta.




Página de información:

http://www.centroseducate.com/articulos-docencia/%C2%BFcomo-organizar-el-aula-de-educacion-infantil/

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