martes, 31 de mayo de 2011

Autovaloración.

Cuando me hablaron de que tenía que hacer un portafolios no me gustó mucho la idea pero poco a poco fui realizándolo aunque a veces me costaba mucho pero al final lo he acabado. Me he esforzado para tenerlo terminado y poder entregarlo el día de su fecha, al principio le dedicaba poco tiempo, pero después le dedique más tiempo, trabajando casi todos los días en él. Tienes que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo para hacerlo pero cuando lo acabas y ves cómo te ha quedado y lo que has aprendido te da la sensación de quedarte satisfecha, ya que es el trabajo de tres meses. 
El portafolios me ha parecido interesante ya que es una nueva manera de trabajar y nunca lo había realizado y tener que hacer nosotros los esquemas de los temas a partir de las cosas que hemos trabajado (como artículos) y buscado de diferentes maneras.
Algún tema me ha costado más que otro ya que no sabía por dónde empezar, pero se me iban ocurriendo ideas de cómo hacerlo y al final conseguí realizarlo.
Ha merecido la pena este tiempo de esfuerzo por ver los resultados de mi trabajo.







Proyecto por rincones.





En clase hemos realizado un trabajo en donde hemos creado un colegio llamado cooperativa laica privada Sanabria. Donde hemos puesto en práctica los diferentes cargos de un colegio como es el director, jefe de estudios, secretaria, AMPA y tutores de ciclo. Después de realizar esto hicimos un proyecto por rincones, el nuestro trataba sobre la multiculturalidad. Hicimos cinco rincones en cada uno pusimos un continente (América del norte y sur, Oceanía, África, Europa y Asia) y dentro de cada continente pusimos las comidas, películas, animales y disfraces típicos de cada continente. Los niños trabajarían dos días por semana en cada continente. En clase pudimos poner en práctica una actividad y estuvo interesante poder hacerlo.
Esta manera de trabajar me parece interesante porque los niños pueden trabajar diferentes temas y de diferentes formas. Tienes que organizar bien los espacios para tener sitio para poder trabajar los diferentes rincones y tener el espacio del profesor , de los alumnos(para trabajar individualmente) y la asamblea.

A continuación pongo un vídeo que he encontrado de un aula, de cómo organizar los espacios y los rincones:





Bloque IV: La evaluación institucional.

Tema 9:Evaluación de los centros como instrumento de mejora.




LA EVALUACIÓN EN LA EDUCACIÓN INFANTIL


Si se concibe la actividad educativa como un proceso y la evaluación como un elemento inseparable de la misma, ésta deberá tener en cuenta todo el proceso, de modo que pasa a ser un elemento más de la actividad educativa. Se habla entonces de una evaluación continua que permite regular, orientar y corregir de modo sistemático el proceso educativo.
      La evaluación continua empieza en los inicios del propio proceso educativo. Requiere, por ello, una evaluación inicial del niño, para obtener información al comienzo de un determinado proceso de enseñanza y aprendizaje, y adecuar este proceso a sus posibilidades. También, desde una concepción interactiva, se deberán valorar, por lo que respecta al polo de la enseñanza, los recursos con los que cuenta la institución.
      El principio de evaluación continua no contradice la posibilidad y, a veces, la necesidad de efectuar asimismo una evaluación al final del proceso de enseñanza y aprendizaje, sea cual sea la extensión del segmento considerado: unidad didáctica, ciclo, etc. La evaluación sumativa trata de valorar el grado de consecución obtenido por cada alumno respecto a los objetivos propuestos en el proceso educativo. De ella se desprende el grado de capacidad y de dificultad con que el alumno va a enfrentarse al siguiente tramo del proceso educativo; por tanto, constituye una evaluación inicial del nuevo proceso abierto.
      Por último, y recogiendo las reflexiones anteriores, la evaluación así concebida tiene un carácter formativo, regulador, orientador y autocorrector del proceso educativo, al proporcionar información constante sobre si este proceso se adapta a las necesidades o posibilidades del sujeto, y haciendo posible la modificación de aquellos aspectos que aparezcan disfuncionales. El objetivo fundamental de esta evaluación es orientar y mejorar, a nivel de diseño y desarrollo, tanto los procesos como los resultados de la intervención educativa.
      Por otra parte, si en el proceso educativo se interrelacionan inseparablemente el aprendizaje que hace el niño o la niña en la escuela con la ayuda que ofrece el adulto, en la evaluación habrá que tener presentes los dos aspectos: el de la enseñanza y el del aprendizaje. Así, se puede afirmar que la evaluación debe valer para orientar los aprendizajes que niños y niñas realizan y para guiar la enseñanza que el adulto promueve, en un único proceso en el que la enseñanza y el aprendizaje son caras de una misma moneda.
      Vemos, pues, que la evaluación debe entenderse como instrumento de orientación, adecuación y mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje que cada niño o niña realiza en la escuela con la mediación del adulto, y no como un sistema de clasificación o comparación cuantitativa de un alumno con respecto a una norma predefinida. Se trata, por consiguiente, de una evaluación individualizada y criterial que toma como referente unos criterios o metas establecidos teniendo en cuenta la propia situación inicial de cada alumno. Por tanto, suministra información al profesor y al propio alumno acerca de lo que ha hecho, sus progresos y posibilidades.     
      La evaluación del proceso de aprendizaje tiene por objeto valorar capacidades. Estas capacidades están expresadas en los objetivos generales de etapa y áreas, y en los objetivos generales del primer ciclo.
      Ahora bien, como los objetivos generales de etapa y área no son directa ni unívocamente evaluables, es necesario diseñar objetivos didácticos y actividades de evaluación en cada unidad didáctica o unidad de programación.
      Los objetivos didácticos guían la intervención educativa, a la vez que son el referente inmediato de evaluación. Estos objetivos concretan las capacidades señalando el grado de aprendizaje a cuya consecución se encamina la intervención educativa. En este ejemplo se puede apreciar la concreción:
      Objetivo general de etapa:
      "Representar y evocar aspectos diversos de la realidad vividos, conocidos o imaginados y expresarlos mediante las posibilidades simbólicas que ofrece el juego y otras formas de representación y expresión."
      Objetivo didáctico:
      "Evocar los diversos aspectos del proceso de la compra y de los elementos que intervienen en él y expresarlos mediante el juego simbólico, la dramatización y la expresión plástica".
      Estos objetivos didácticos son directamente evaluables en el sentido de que de ellos se deducen diversas situaciones en las cuales las actuaciones de los niños y niñas manifiestan sus aprendizajes. A la vez, diferentes niños y niñas pueden manifestar eldesarrollo de una capacidad con distintas actuaciones.
      Por otra parte, es importante tener en cuenta que el objeto de la evaluación son las capacidades, pero también sus procesos de desarrollo. Así, será necesario analizar -desde la observación de la actividad diaria- las estrategias que cada niño y niña emplea, los errores que aparecen en la construcción de los conceptos, el desarrollo de las actitudes, la motivación que existe, el tiempo que se emplea, la utilización de diferentes materiales y otros aspectos, que, en su conjunto, van a permitir evaluar el proceso en toda su amplitud, de modo que se clarifique qué tipo de intervenciones son precisas para estimular su progreso.
      Pero igualmente necesario es, también, la evaluación del proceso de enseñanza, es decir, de la práctica de los profesores, educadores, equipo docente... Evaluar el proceso de enseñanza implica evaluar la validez y adecuación de las diferentes actuaciones del educador: tanto la intervención con su grupo, programaciones de aula, unidades didácticas, etc., como otras actuaciones en el centro, proyecto educativo, proyecto curricular, etc.; tanto en su diseño como en su desarrollo.
       Algunas de las técnicas e instrumentos de evaluación a utilizar en Educación Infantil son las siguientes:
      - Diario del profesor o profesora.
      - Escalas de observación.
      - Entrevista.
      - Observación externa.
      - Conversación.
      - Técnicas audiovisuales.
      - Observación de grupo.
      - Juego.
      - Análisis de las producciones.
      - Autoevaluación.
      - Informes de anteriores profesionales.     
      Un momento que merece especial referencia es la llegada del niño o la niña por primera vez al centro de Educación Infantil. La evaluación inicial, en estos momentos, permitirá al maestro o educador conocer al niño y su contexto, para ajustar la intervención educativa a sus experiencias, aprendizajes previos y características concretas. El educador se servirá de forma principal de las informaciones que los padres proporciones en la entrevista inicial, complementando dichas informaciones con la observación directa del proceso de adaptación al nuevo contexto de vida del niño: relación con los adultos, con otros niños, con los nuevos espacios y objetos, etc. Cuando la llegada del niño o niña al centro de Educación Infantil coincida con el comienzo del segundo ciclo, la evaluación inicial tendrá en cuenta las capacidades (expresadas en los objetivos generales del primer ciclo) a cuyo desarrollo se orienta la intervención educativa durante el primer ciclo de esa etapa.



Reflexión:

En este artículo nos cuenta que la evaluación tiene un carácter formativo, regulador, orientador y autocorrector del proceso educativo.
Al principio del curso se realiza una evaluación inicial para ver los conocimientos del niño. 
Cuando evaluamos no nos tenemos que fijar en las calificaciones (ya que son solo números) sino como un proceso para orientarte y fijarte en el proceso de enseñanza-aprendizaje del niño. Toda evaluación clasifica los objetivos que los niños deben alcanzar a lo largo del curso. 
Es bueno realizar una evaluación inicial cuando se comienza un curso, ya que con los resultados puedes observar los conocimientos (del curso anterior) del niño. La evaluación continua es buena para poder ir observando la evolución del niño durante todo el curso y ver si alcanza los objetivos y si no es así ver el motivo y ayudarlo.
El profesor puede utilizar diferentes formas para evaluar a los alumnos como es el diario (donde apunta las observaciones de los niños diariamente), entrevista (a los padres para ver como le ayudan en casa al niño, como evoluciona...), informes de anteriores profesionales (hablar con los otros profesores para ver cómo trabajaba en clase...), también escalas de observación, conversaciones, observación externa, entre otros.




Página de información:

domingo, 29 de mayo de 2011

Esquema bloque III.



De los diferentes recursos tenemos los personales que está compuesto por los alumnos, los profesores, la familia, orientadores y tutores y el AMPA. En los recursos temporales tenemos las planificaciones, la evaluación y los horarios. En los recursos materiales están los espacios, los materiales didácticos, edificios y las TI`C. Y en los recursos de servicios complementarios están las actividades extraescolares (como son los deportes, idiomas y la informática) y los servicios de apoyo.


sábado, 28 de mayo de 2011

Artículo sobre la organización de los espacios y materiales.

¿Cómo oganizar el aula de Educación Infantil?




Reflexionar sobre este elemento curricular nos va a brindar la oportunidad de realizar un análisis psicopedagógico del alumnado al tiempo que metodológico y organizativo en cuanto a la organización de espacios, recursos, materiales y tiempo.
Por ello, cuando estamos frente a un grupo de niños con unas características evolutivas concretas, debemos pensar en la posibilidad de establecer estrategias didácticas adecuadas, de acuerdo con criterios legislativos prefijados y adaptado a las necesidades socioeducativas y contextuales tanto del colegio como del contexto al que van dirigidas.
La Educación Infantil comprende dos ciclos, de cero a tres años el primero y de tres a seis años el segundo. Pero los principios de actuación suelen coincidir en ambos, puesto que trabajaremos desde la globalización, la atención a la diversidad, la individualización, el aprendizaje significativo, la diversificación, y la participación, considerando siempre al sujeto como activo y constructivo en sus esquemas de conocimiento. Para ello hay que conocer los parámetros normales de desarrollo físico, motórico, lingüístico, afectivo, cognitivo y social considerando la edad y las etapas psicoevolutivas que célebres pedagogos y psicólogos han estudiado, citando por ejemplo, a Piaget, Vigotsky, Pearson, Bandura, Bowlby, Brofenbrenner, Bruner y otros muchos.
Imaginémonos que nos encontramos en el aula de Infantil de cuatro años, por ejemplo, y debemos establecer límites espaciales de actividad individual, pequeño y gran grupo. ¿Cómo lo hacemos? Basándonos en los criterios de intervención metodológicos antes citados podríamos realizar por un lado, una diferenciación de zonas, donde existiría una localización para la asamblea inicial en la que se desarrollaría con los alumnos la iniciación de la jornada, el control asistencial, la resolución de conflictos, la propuesta de iniciativas. Por otro lado, distinguiríamos un espacio de actividad individual y por último, se apreciaría un lugar destinado al trabajo por rincones del que hablaremos seguidamente al entenderlo como una propuesta metodológica ideal y recomendable en este nivel educativo.
Si fuésemos maestra de un grupo infantil plantearíamos la metodología denominada “rincones de trabajo en el aula” con la que se estimula la investigación, la creatividad, la curiosidad y la imaginación al favorecer la autonomía, la responsabilidad en el cuidado de los materiales, el respeto a los turnos y la colaboración entre iguales. Se trata de realizar pequeños grupitos de alumnos que rotarían por los mini-espacios focalizados en ejes temáticos concretos y donde además de  desarrollar la transversalidad se promueven contenidos significativos, funcionales y cercanos a su entorno, permitiendo como algo fundamental el juego, libre o dirigido.
Podríamos llevar un autocontrol de carácter asistencial a cada rincón, de forma que en un cuadro de doble entrada se enunciarían, los nombres de los alumnos y la denominación del rincón que trabajaron. Su carácter permanente o temporal va a depender de la programación o conjunto de unidades didácticas que pensemos para el aula. Los habrá fijos como los referidos a lecto-escritura, biblioteca, lógico-matemático, construcciones, casita, producciones artísticas, música, plástica, educación vial, profesiones, disfraces y otros ocasionales, como el huerto escolar, las mascotas, el papel de reciclado, costumbres populares, estaciones del año, fiestas y celebraciones y un largo etcétera.
¿Cuál sería el papel del educador en este enfoque organizacional del aula? El adulto ya no ejerce un control directo sobre la clase, trabaja conjuntamente con los alumnos, alternará rincones que requieren su presencia o ayuda junto a otros libres. Eso sí, debe dejar que el niño decida cómo y cuándo jugar, por qué, con quién y durante cuánto tiempo, tomará notas y permanecerá atento a la puesta en marcha de las actividades, los conflictos que surjan, etcétera. Dinamizaremos un rincón cuando el interés o la curiosidad hayan decaído y ayudar en reflexión, apoyándoles y ofreciendo un clima de seguridad y bienestar.
Los padres y las madres ¿podrían ayudarnos? Pues también, por ejemplo, llevando cosas de casa que no usen enseñando a cuidar el huerto, haciendo un pastel, contando cuentos, participando en fiestas y celebraciones populares, reciclando con los alumnos… Proveeremos el material: pinturas, muñecas, coches, lienzos, marionetas y otros objetos comprándolo en tiendas especializadas e incluso imaginando opciones de uso diferente para telas, botes, latas, diversos recipientes, cartones, plásticos, botones y envases varios.
La imaginación para diseñar, elaborar, presentar, utilizar y renovar aquellos recursos que se deterioren será fundamental a la hora de compartirlos y disfrutar de ellos. Que aprendan, cuiden y valoren los recursos será labor de iguales y adultos. Intentaremos siempre que los materiales resulten atractivos, ordenados, seguros, polivalentes, variados y suficientes en cantidad para no desencadenar en peleas de índole posesivo.
Por tanto, nos quedamos con la idea de que a mejor estructuración, mayor organización y variedad de las propuestas, así el entorno físico dominante estará configurado por la riqueza de estímulos, oportunidades y posibilidades de acción que, en definitiva, requiere el proceso de socialización y de enseñanza-aprendizaje sobre todo, de los más pequeños. Psicoafectivamente a los niños les ayuda a ser conscientes de hasta dónde pueden llegar, a dar valor a sus propios progresos, a aceptar los errores y a asumir las dificultades sin rendirse, a ser constantes, trabajando en cada rincón les guste más o menos, porque antes habrán adquirido la noción de elección, autonomía y trabajo entre iguales.
Nosotros, los docentes, les evaluaremos desde un registro anecdotario, una escala de observación permanente en la que veremos cómo demandan ayuda, resuelven un conflicto por sí solos, establecen mecanismos de ajustes al medio, aceptan y cumplen las normas establecidas en cada rincón…
Pues como dijo el conocido maestro y pedagogo italiano, quien nos hace reflexionar en esta ocasión, Loris Malaguzzi “Sentirse entero es para el niño una necesidad biológica cultural, un estado vital de bienestar”. 



Reflexión:

He elegido este artículo ya que los rincones lo hemos ido viendo a lo largo de la asignatura.
Para repartir los diferentes espacios en el aula debemos mirar los espacios que tenemos y que queremos poner en el aula. Es bueno tener el espacio de la asamblea, el espacio para las actividades grupales y otro para las actividades individuales. En este artículo nos plantea una forma de trabajar que es a través de rincones, en mi opinión es una manera para el desarrollo de los niños ya que pueden desarrollar su imaginación, creatividad, la sociabilidad en los diferentes rincones que podemos trabajar. 
El papel del educador en los rincones es de observar a los alumnos como trabajan y apuntando para luego poder evaluar.
En estas actividades los padres también pueden colaborar ya que pueden traer cosas de casa y es buena la colaboración de centro-padres, ya que siempre que el tutor lo diga pueden ir al aula a colaborar bien leyendo cuentos o en alguna fiesta.




Página de información:

http://www.centroseducate.com/articulos-docencia/%C2%BFcomo-organizar-el-aula-de-educacion-infantil/

Artículo sobre las actividades extraescolares.



Los niños y las actividades extraescolares.


Las actividades extraescolares se han convertido en un complemento de la jornada escolar de muchos niños y adolescentes, y en un desahogo para los padres con una agenda laboral demasiado apretada.
Las actividades extraescolares son útiles en la medida en que favorecen el desarrollo personal del niño y en que representan una experiencia lúdica y divertida. Su objetivo es que sean espacio dedicado al esparcimiento complementario a las clases convencionales.
Algunas de sus ventajas son:
  • Promover el sentimiento positivo de pertenencia al centro o lugar donde realiza las actividades.
  • Conseguir que el niño adquiera mayor autonomía y responsabilidad en la organización de su tiempo libre.
  • Desarrollar su autoestima.
  • Mejorar las relaciones con otros niños y las habilidades sociales.
  • Favorecer la sensibilidad, curiosidad y creatividad del niño.
  • Ampliar las vivencias del niño permitiendo que tenga nuevas experiencias en otros ambientes no formales.
Actualmente, la mayoría de los colegios ofrecen este tipo de actividades que suelen desarrollarse al mediodía, o por la tarde una vez finalizadas las clases lectivas. También existen centros dedicados especialmente a ello.
Contar con la opinión favorable del niño es imprescindible para que se sienta motivado y no lo vea como una obligación más.
Cómo elegir una actividad extraescolar para el niño
En la elección, es fundamental que los padres se cuestionen los motivos que les llevan a escoger una u otra opción. Éstas deberían ser pactadas con el niño de acuerdo a sus intereses pero también a lo que los padres consideran de mayor beneficio para cada niño en particular, teniendo en cuenta su carácter, edad, capacidades y dificultades. Por ejemplo: las clases de música pueden potenciar su imaginación, el deporte mejorará su sentido motriz y la pintura le ayudará a plasmar y recrear sus vivencias, anhelos y sentimientos.
Los padres podrían estar interesados en:
  • aquellas actividades que potencien una actividad que durara muchos años, como el deporte o la música
  • o actividades que faciliten su futuro profesional, como el caso de los idiomas o la informática
  • actividades que ayuden al niño a mejorar sus capacidades personales, como el trabajo en equipo, relaciones sociales, seguridad personal
Las actividades creativas (música, artísticas) se recomiendan a partir de los cinco ó seis años y las más técnicas (informática, idiomas, etc.) a partir de los siete u ocho años.
Asimismo, es importante tener en cuenta el tiempo de dedicación ya que no es favorable sobrecargar al niño con actividades. Un niño no está preparado para soportar una jornada de adulto. Lo adecuado sería que las actividades extraescolares no superaran las seis horas semanales a partir de los siete-ocho años, al igual que no realizar más de una actividad al día y permitirle tiempo libre para llevar a cabo sus actividades académicas, y jugar libremente en casa.



Reflexión:

Una de las ventajas de las actividades extraescolares para los padres es que les permite trabajar más mientras los niños están ocupados haciendo deporte u otras actividades. Para los niños mejora su desarrollo personal.
A los niños debes apuntarles a las actividades extraescolares para su bien y que se desarrolle en todos los aspecto, no porque a los padres les interese para que ellos tengan más tiempo libre y los niños estén ocupados.
Tienes que pedir opinión a los niños si decides apuntarle a las actividades, ya que si al niño no le gusta esa actividad va ir sin ganas y no va a disfrutar, pero si le preguntar primero a que actividad le gustaría ir y le apuntas va ir motivado, con ganas y se lo pasara bien.
A los niños no hay que cargarles de actividades extraescolares, ya que por la mañana tienen clase y además tiene que hacer sus deberes y también que estudiar. En mi opinión deberían apuntarse a una actividad que le ocupe dos o tres días a la semana para que tenga tiempo para todo y también para poder jugar.

Página de información:

http://www.baobabparents.com/padres/articulo/los-ninos-actividades-extraescolares/49/

jueves, 26 de mayo de 2011

Viñeta de actividades extraescolares.





En esta viñeta podemos observar como el niño llega tarde ya que no tiene tiempo de jugar. Los niños también necesitan algo de tiempo para poder jugar y descansar, ya que por las mañana están en clase y por las tardes tienen que hacer los deberes y estudiar y además para tenerlos entretenidos les apuntan a actividades extraescolares (como es el baloncesto, karate, etc o a clases particulares.) y así ellos les da tiempo de ir a buscarles o tienen tiempo para ellos.
Las actividades extraescolares también están bien ya que los niños se socializan y conocen a más niños de su edad y ayuda a su propio desarrollo, pero también deberían dejarles algo de tiempo para sus juegos.